Cuando a las cinco de la mañana empiece a clarear en verano, veréis qué sensanción tan agradable... Sobre todo para quienes no tienen que levantarse demasiado temprano.
Por otra parte, siempre me han parecido ridículos los comentarios de que el cambio horario afecta a la salud, genera estrrés, etc. Sin embargo salir de marcha un sábado y acostarse a las cuatro de la madrugada no afecta.
La gente es capaz de dormir sólo tres horas o levantarse más tarde de lo habitual, y sin embargo queda muy afectada por tener que levantarse un día una hora más temprano...
Igual si llevásemos todos una vida monacal, con estrictos horarios y las costumbres de los pajaritos del parque podría entenderlo, pero nuestros hábitos distan mucho de ello. La cuestión es quejarse.
Por cierto, vivimos en España, somos mediterraneos y latinos, no sajones ni escandinavos; nuestro clima y nuestras costumbres no son las de los noruegos por ejemplo, pienso que el no-cambio de horanos perjudicaría.